Receta contra el tráfico CDMX, Jetty

En un futuro no muy distante, la experiencia de transporte en las ciudades será radicalmente distinta. Muchos “futurólogos” concentran la discusión sobre este tema en la inminente llegada de los vehículos autónomos. No es casual que lo hagan. Actualmente existen más de 40 compañías compitiendo por llevar vehículos autónomos al mercado, encabezadas por Waymo. Esa empresa ya tiene una flota de vehículos autónomos circulando en Phoenix, y ya obtuvo un permiso para vender viajes al público. El recién publicado reporte del Estado de California sobre el Futuro de la Movilidad, escrito por Susan Shaheen, estima que para el 2030, entre el 20 y el 95% de las millas recorridas sobre carreteras en los Estados Unidos serán en vehículos autónomos. Otros reportes de la industria sugieren que para el año 2040 habrá 33 millones de vehículos autónomos circulando en el mundo. No sabemos qué tan acertados son estos estimados, ni cuando tardarán estos vehículos en conquistar un mercado como el mexicano. Lo que sí es claro es que nuestra generación podría ser la última en manejar para moverse.

¿Pero cuál será el verdadero impacto de la masificación de esta nueva tecnología? El juego de las predicciones es divertido. Muchas personas seguramente escogerían vivir más lejos, aprovechando que manejar o estar atascados en el tráfico ya no sería tan doloroso. Muchos otros usarían sus autos de forma más ineficiente que hoy. Por ejemplo, mandando a sus autos a dar vueltas a la cuadra solo para ahorrarse la inconveniencia de buscar estacionamiento. El resultado podría ser el “infierno” que describe Robin Chase, fundadora de Zipcar, en el video que compartimos abajo. Y la masificación de esta tecnología podría tener otras consecuencias negativas. Dado que los vehículos autónomos serán inicialmente mucho más caros que los vehículos convencionales, su llegada al mercado incrementará la iniquidad en las calles. Los más ricos podrán relajarse, mientras los más pobres serán obligados a compartir el limitado espacio vial con una creciente legión de “autos zombies.”

En Jetty creemos que nuestro sistema de movilidad está roto, y que la revolución tecnológica del sector es indispensable para arreglarlo. Sin embargo, estamos claros de que la verdadera promesa no está en inventar coches que se manejen solos, sino en implementar sistemas que hagan más atractivo, cómodo, seguro y costo-eficiente compartir vehículo. La automatización quizás podría ayudar, pero su importancia es secundaria para el objetivo de subir más personas en menos vehículos. Por ello estamos orgullosos de formar parte del primer grupo de empresas, ONGs y gobiernos en suscribir los “Principios de Movilidad Compartida para Ciudades más Habitables,” un manifiesto que ofrece una buena hoja de ruta para el futuro. Los invitamos a leer el documento, y a sumarse al movimiento.

Principios de Movilidad Compartida para Ciudades más Habitables, Jetty