¿Mejor transporte? Comencemos por los conductores., Jetty

Los choferes de microbús tienen mala fama. Muchos capitalinos se quejan al verlos “aventar lámina”, jugar carreritas, llenar más de la cuenta sus unidades y no respetar sus horarios. Nos encanta odiarlos, pero olvidamos que su forma de manejar está directamente asociada a la manera en que está organizada su industria. Típicamente el chofer paga una renta fija al propietario del vehículo y titular de la concesión. Además de cubrir esa cuenta, el chofer absorbe todos los gastos asociados a la operación (no solo la gasolina, sino también un sinfín de propinas y mordidas).Aquel chofer que quiere lograr un pequeño extra para llevar a casa está obligado a trabajar largas horas y a conducir de forma agresiva.

Los micros que van adelante y atrás no son compañeros, son competencia. Las “horas extra” no son opcionales, sino la diferencia entre ganar o salir tablas. No es raro encontrar choferes de micro que manejan más de 14 horas diarias, y que duermen en sus unidades. El trabajo es muy rudo. El uso de drogas es habitual, y muchos lo consideran necesario para aguantar el ritmo. Y lo que es peor, la gran mayoría de los choferes no están adecuadamente contratados. No tienen Infonavit, ni Seguro Social, ni prestaciones básicas.

En la ciudad existen miles de choferes de microbús con ganas de hacer bien las cosas. Muchos tienen una ética de trabajo envidiable, y un compromiso genuino por servir a sus comunidades. Lamentablemente, la estructura e incentivos existentes no les permiten trabajar de forma distinta. Mientras no cambiemos la industria, los choferes más considerados, atentos, amables y cuidadosos seguirán perdiendo dinero y motivación. Sus alternativas seguirán siendo tan simples como ahora: o dejan de manejar o se transforman en diablos del volante.

No tenemos duda: Quien intente elevar la calidad del transporte en esta ciudad debe comenzar por cambiar la manera en que contratamos y compensamos a los choferes. En este post, queremos contarles cómo lo estamos haciendo en Jetty:

Todos nuestros conductores pasan por un riguroso examen de antecedentes y de control de confianza. Hoy por hoy, solo admitimos a 1 de cada 10 aplicantes. El examen es duro pero no podríamos relajarlo, pues nuestros conductores son los responsables directos de la comodidad y seguridad de nuestros usuarios. Una vez admitidos, nuestros conductores son capacitados y debidamente contratados. Todos trabajan con un sueldo fijo, digno, y cuentan con las prestaciones de ley. Su ingreso no está vinculado al número de usuarios que suben a la unidad, sino al tiempo que trabajan y a su desempeño a bordo. Al finalizar cada viaje, nuestros usuarios califican y comentan sus experiencias de viaje en nuestra app. El equipo de Jetty utiliza esta información para detectar problemas y para ofrecer retroalimentación diaria a los conductores. En otras palabras: Estamos construyendo un sistema en el que la opinión de los usuarios pesa, y en el que el desempeño de los conductores mejora constantemente.

A juzgar por lo que dicen nuestros usuarios, no vamos tan mal:

PD: Estamos creciendo. Si conocen algún conductor o conductora con el perfil y las ganas de ayudarnos a cambiar la industria del transporte, por favor compartan esto.