Jetty

“Escuchamos que gente de menores ingresos en México finalmente puede descifrar cuál es la manera más segura para ir a trabajar, y tiene la habilidad de dar retroalimentación instantánea -alertar a la compañía, calificar al chófer- si ese viaje no funcionó tan bien. Yo creo que eso es fantástico…. En la era de Uber y Lyft, tengo formas increíblemente poderosas, formas increíblemente buenas para alertar a las compañías, para contarle a alguien de mis malas experiencias. Lo que escuché esta tarde de Jetty, es que esa habilidad está desplazándose hacia abajo en la pirámide, y ampliándose a mucha más gente. ¿Por qué un mecanismo para alertar a alguien de una mala experiencia debería mantenerse reservada para la gente rica en el mundo rico?”

Andrew McAfee
co-director de la Iniciativa para la Economía Digital del Instituto Tecnológico de Massachusetts, durante la ceremonia de premiación del Desafío de Innovación Inclusiva.

El pasado martes, Jetty fue seleccionado para representar a Latinoamérica en el Desafío de Innovación Inclusiva promovido por la Iniciativa para la Economía Digital del MIT. Este concurso busca identificar y acelerar empresas que están construyendo el “Futuro del Trabajo”. No se refieren a aquel futuro distópico en que un ejército de drones y robots nos roban “la chamba”, sino de uno en el que la tecnología ayuda a cerrar brechas sociales y a generar nuevas oportunidades, incluídas para los que menos tienen. Más de 1600 empresas de más de 100 países respondieron a la convocatoria del MIT este año, todas con ideas y proyectos fascinantes. El próximo 21 de Noviembre las 20 empresas finalistas, ganadoras de las cinco etapas regionales, competiremos en Cambridge, Massachusetts por una bolsa de 1 millón de dólares.

¿Y que le dijimos a los jueces para que nos invitaran a la final?

Les contamos la “historia de dos ciudades” que conocemos quienes habitamos esta metrópoli. El que puede pagar un taxi con app en la Ciudad de México disfruta de un trayecto cómodo y seguro al trabajo. Estos usuarios tienen todo en su teléfono: Información, conveniencia, certeza, rendición de cuentas. Y mientras tanto, los millones que no pueden darse ese lujo deben aguantar un sistema de transporte colectivo al borde del colapso, que les ofrece un servicio precario en unidades viejas y hacinadas. ¿Quién les dá información a esos usuarios, quien les responde si algo sale mal?

Les contamos también esta historia dual desde la perspectiva de los transportistas. Las aplicaciones de taxi con app en esta ciudad tienen máxima flexibilidad para definir estándares, tarifas, etc. Y mientras tanto, el transportista colectivo tiene que rentabilizar su negocio con una tarifa bají-sí-sí-sí-ma y mil restricciones, que no les permiten innovar ni ofrecer un servicio competitivo. La industria transportista tradicional está en crisis, sumida en un círculo vicioso: El concesionario apenas sale con sus gastos, y por ello explota al chofer. El chofer apenas saca la cuenta, y por ello maltrata al usuario. Y el usuario que no tiene mejores opciones para llegar a chambear aguanta de todo, al menos hasta que completa para su taxi (o para su moto o su coche) y puede olvidarse de este sistema podrido. ¿Qué incentivos tiene el transportista para intentar algo nuevo, o el chófer para tratar bien al usuario?

Jetty usa tecnología para mejorar la experiencia del pasajero, para dignificar la labor del conductor y para incrementar la rentabilidad del transportista.

Obviamente seguimos puliendo el modelo, pero en los dos años que llevamos operando hemos demostrado que SÍ es posible construir un mejor sistema para todos. Estamos a pocas semanas de vender nuestro asiento número 1 millón, y algunos de los transportistas que trabajan con nosotros han triplicado sus ingresos. Ganemos o no en el MIT en noviembre, compartimos desde hoy la distinción de ser finalistas con todos nuestros usuarios y socios transportistas. Gracias por su confianza. Juntos construiremos un futuro mejor conectado y mucho más inclusivo.